SINDICALIZACION Y CONFIANZA EN LAS EMPRESAS
En Chile, menos del 2,5% de las huelgas derivan en actos violentos (COES, 2016), y, en 2018, menos del 20% de las huelgas aprobadas se materializaron (estudio de Albornoz y Cía.).
Sin embargo, estamos acostumbrados a enterarnos de la relación entre sindicatos y empresas casi exclusivamente en el marco de los conflictos laborales, en muchos casos con amplia difusión mediática. En consecuencia, cerca de la mitad de los chilenos cree que hay una gran conflictividad entre trabajadores y empresarios (Encuesta Bicentenario 2018) pese a que los datos dan cuenta de lo contrario.
Si la mayoría de los sindicatos fueran organizaciones que buscan el beneficio propio a través del conflicto y el chantaje, o si la mayor parte de las empresas hiciera lo propio sin preocupación por el bienestar de sus trabajadores, los sindicatos deberían tender a ser verdaderas escuelas de la desconfianza hacia las empresas. Pero la realidad es que esto puede ser considerado como la regla general en estas relaciones.
Nuestro análisis a los datos sobre la confianza pública hacia el comercio y la industria, de la última encuesta CEP, muestra que el hecho de pertenecer a un sindicato no disminuye las posibilidades de que una persona confíe en estas empresas, sino que, por el contrario, las aumenta en una proporción estadísticamente significativa. Entre quieres actualmente o en el pasado han tomado parte de un sindicato, el 49% declara confiar en la industria en el comercio (plena + bastante + algo de confianza), cinco puntos más que quienes nunca han participado de estas organizaciones. Entre quienes trabajan actualmente, el 53% de los trabajadores sindicalizados manifiesta confianza hacia estas empresas, cuatro puntos más que los no sindicalizados.
¿Podemos decir entonces que la sindicalización favorece la confianza hacia las empresas? En general, estar laboralmente activo es un primer factor que contribuye. Nuestra interpretación es que – contrario a lo que podría pensarse- entre quienes trabajan, la condición es estar sindicalizado no disminuye esa confianza y, en algunos casos, puede favorecerla. Así, más que un conflicto generalizado entre trabajadores y empresarios, lo que existe es una gran brecha entre lo que muestran los datos y las percepciones públicas.
30 noviembre 2018 – La Segunda, columna de Rafael Sousa