El estratego en campañas electorales advierte que los candidatos al Parlamento ya no proponen modelos a seguir y están tratando de copar el centro; “están confundidos en esta “majamama” de no distinguirse unos de otros”.
Fue uno de los estrategos de la campaña del No. Campaña electoral única e irrepetible que dejó huellas en la memoria de todos los chilenos.
Desde el retorno de la democracia ha asesorado con éxito a varias figuras de la Democracia Cristiana. Su única derrota: Andrés Zaldívar abatido por Ricardo Lagos en las primarias del 99.
Francisco Javier Celedón hoy vuelve a lo suyo. Prefiere no revelar a quién asesora esta vez. “Eso no lo digo”, acota. Sí advierte que las parlamentarias de diciembre se juegan en un escenario político brutalmente diferente al del 89, al del 93 y también del 97.
Hoy, más que ayer, a los candidatos al Parlamento les cuesta mucho captar el voto de ciudadanos que se sienten desprotegidos, vulnerables, desilusionados de la política, que temen perder el empleo… o están cesantes hace meses.
La oferta electoral del 89 fue el retorno de la democracia, ¿cuál es la oferta de hoy?
– En 1989 había grandes paradigmas por los cuales luchar. Hoy en cambio estamos en la coyuntura. No estamos trabajando por los grandes proyectos políticos.
¿Por qué?
– Los políticos de hoy han dejado de soñar el país. Han dejado de proponernos un modelo al cual seguir. Están en la coyuntura, en el pequeño escándalo y eso la gente lo percibe. Todos han tratado de trabajar y copar el centro, están confundidos en esta “majamama” de no distinguirse unos de otros.
“Uno de los motivos del desinterés de la política en el más amplio sector del país es, precisamente, que los políticos han dejado de hacer política”.
¿No será acaso porque creen más en las estrategias del marketing político?
– Los partidos políticos, muy creyentes de los estudios de mercado, están en una tendencia de aglutinarse en el centro. No se han renovado. No hay distinción en la oferta que hacen.
Y se equivocan…
– Sí. En el mundo hay una tendencia a la identificación con la derecha y con la izquierda propiamente tal. Podemos observar en el discurso de los políticos de derecha que ya no hablan de la centroderecha.
“Hace diez años era pecado mortal decir que uno era de derecha. Hoy, en cambio, con mucha soltura se dice “soy un hombre de derecha””.
¿Qué pueden ofrecer los candidatos a un país con casi dos dígitos de cesantía?
– Les digo que hagan propuestas fundamentadas, propuestas que tengan credibilidad.
¿Se gana culpando al adversario por el problema del desempleo?
– Sí, pero eso no le sirve a la persona que está sin trabajo. En este caso, la oferta del desempleo la encuentro extremadamente peligrosa. La acción de dar empleo es ajena al candidato.
“Lo que tiene que hacer es proponer eventuales formas de poder generar mayores empleos, de políticas que las generen, pero no se puede hacer cargo”.
¿Y poner en el tapete del debate la reforma laboral rinde votos?… ya se hizo en la última elección.
– Honestamente siento que es un segmento extremadamente pequeño el que entiende lo que está en discusión. Por lo tanto, no es un factor relevante en una campaña electoral hablar de temas técnicos.
¿Reditúan los temas valóricos?
– Sí. Sin duda. El tema valórico es de carácter permanente. Queramos o no, a la gente sí le interesan los temas valóricos. Es muy importante que el candidato sepa interpretar hacia dónde está pensando la gente. ¡Ojo, cuidado! sin perder él su propia identidad.
“Que un candidato de perfil conservador venga a hablar de un determinado liberalismo desde el punto de vista valórico, tarde o temprano se le va a notar.
¿Qué es mejor, discutir sobre las cuestiones valóricas o atacar el desempleo?
– La oferta no debe ser parcial, debe ser total, coherente. La gente no vota por un candidato que ofrece trabajo y está a favor del aborto. El candidato debe ser coherente…
“Y me haré la tradicional pregunta: ¿un candidato no se vende entonces igual que un televisor? No, claro que no. Se le vende por lo que ofrece, por su propuesta. Hoy, lamentablemente, vendemos menos propuestas en términos de las grandes soluciones”.
¿Y dónde está la oferta programática?
– Hoy día no es tan relevante un programa político, como los que existían antes. Los grandes partidos y los políticos de antaño se enfrascaban, se empeñaban en mostrar su programa.
“Hoy el programa no vale nada. Lo relevante ahora es la construcción de la percepción que van a tener las personas. Ese es el gran desafío: saber interpretar lo que la gente espera de un candidato y ser capaces de llevar esa propuesta más allá de la coyuntura electoral”.
¿Cómo percibe esta competencia electoral?
– En la derecha y en la Concertación hay políticos que han buscado diferenciarse. La gran política se hace y realiza a través de los medios de comunicación. En ese contexto, hay un grupo de parlamentarios que todos percibimos e identificamos que han encontrado espacios en los medios generando polémicas con sus propias coaliciones y sus partidos.
¿Diferenciarse de qué y para qué?
– Para lograr distinguirse y llamar la atención, ser únicos, ser percibidos. Hoy, no sólo a nivel de Gobierno sino que también en la oposición, los políticos y los candidatos andan buscando caminos de distinción, incluso en contra de las propias posiciones o agrupaciones a las que pertenecen.
¿Y sirve arrimarse a los caudillos, como Jorge Soria o Hernán Pinto por ejemplo?
– Al igual que los grandes líderes, eso tiene su riesgo, porque esos caudillos tienen sus detractores. En nuestro país no hay personas que tengan una brutal mayoría.
“El caudillismo ya no existe. A Pinto no lo considero un caudillo. El ejemplo de Jorge Soria es una de las muestras de decadencia, no en términos de su persona, sino que ha ido perdiendo la influencia mayoritaria que tenía en torno a él”.
¿Cómo percibe esta parlamentaria?
– Se vislumbra más la posibilidad de un empate. Por eso ambas coaliciones están haciendo tremendos esfuerzos y la coalición de gobierno está trabajando para que ello no ocurra. Tiene que mantener su ventaja.
¿Cuánto pesa el “factor Lavín”?
El interés que tienen los candidatos por estar con él demuestra que algo de eso hay todavía. Evidentemente que Lavín es un referente importante. Toda la campaña de la derecha está en torno a Lavín. Hay coherencia.
¿Y la campaña de la Concertación?
– La de la Concertación no está en base a un eje común, como podría ser el Presidente Lagos. Y más percibo que cada uno de los partidos están haciendo propuestas individuales que por el sello de la Concertación. Aun cuando el sello de la Concertación todavía reditúa, como coalición, como grupo político capaz de darle gobernabilidad a este país.
“Cada partido – la DC, el PS, el PPD y el PRSD- ha optado por hacer una campaña que fortalezca su identidad en el marco de la Concertación”.
Por Jenny del Río Román
FOTOS Y PROPAGANDA:
El “Glamour” de Lavín, Lagos y Frei
Muchos candidatos luchan por apegarse a las máximas autoridades en la inauguración de obras, pero no todos pretenden aparecer juntos en afiches electorales.
Francisco Javier Celedón le cambió el “look” a Andrés Zaldívar en 1999. Le hizo renovar un ropero que, según se dijo entonces, tenía piezas casi arqueológicas, incluso algunos ternos de los años setenta.
Desde entonces el hoy presidente del Senado luce elegantes y bien cortados trajes azules, de buenas telas y mejor caída.
¿Qué tan importante sigue siendo el “look” del candidato?
– A todos nos gusta ver alguien bien afeitado, ordenado. El candidato es un referente y se le dan atributos.
¿Y resultará hacer lucir sexy a una candidata conservadora o medio “gansa” para vestirse?
– No quiero dar nombres, pero todo lo que parezca falso tarde o temprano se va a delatar. ¡Eso es así! Se podrá subir un centímetro la falda o bajar un poco el escote, privilegiar colores para la noche o para el día, se podrá hacer mucho, pero lo verdaderamente importante es la coherencia.
¿Sirve o no sirve sacarse fotos con Lagos, Lavín, Frei, Aylwin?
– Esos son plus que se determinan en un cierto contexto. Hoy está claro que los candidatos de la derecha creen que es muy relevante estar junto a Lavín porque tienen la percepción, y así lo determinan las cifras, de que él ejerce un fuerte liderazgo en ese sector.
“Hay que estar arrimado al árbol del liderazgo. Eso dentro del conjunto de los ejes de posicionamiento que se construyen en torno a un candidato”.
O sea, mejor sacarse fotos con Aylwin porque hizo buen gobierno.
– En su momento, no le quepa la menor duda, muchos trataron de estar al lado de él. Muchos estuvieron con él. Hoy día… no sé si muchos lo van a considerar.
Sea más claro, ¿es mejor sacarse fotos con Lagos y usarlas como propaganda o no sacarse fotos y sólo pelearse por aparecer a su lado cuando inaugura una obra?… Hasta la gente de la derecha quiere aparecer en esos casos.
– La figura de Lavín, de Frei, de Lagos, de Aylwin connotan un “glamour” y conllevan las afinidades hacia el poder que en la percepción de ellos es muy importante que sea recibida por la gente, por lo que representan esas personas. Por eso están al lado de ellos en actos.
“Otra cosa es la comunicación fija, estática, como puede ser un afiche, es de carácter más permanente y si no está debidamente marcado ese liderazgo muchos rehuirán a tenerlas (las fotos). Pero sí estarán en torno a esos personajes.
Ver publicación de El Mercurio